Cómo conservar las piezas de cerámica y cristal

Tanto el vidrio como la cerámica son materiales estables, pero bastante sensibles a diferentes circunstancias. Existen muchas categorías de cerámica y vidrio que son especialmente sensibles, de modo que en condiciones desfavorables pueden sufrir cambios físicos o químicas. Hoy os presentamos diversos factores que pueden dañar nuestras piezas y cómo evitar que esto suceda.

Temperatura

La temperatura es un factor importante para la cerámica y el vidrio. El choque térmico debido a los cambios de temperatura extremos o repentinos puede causar roturas, grietas o pérdida de esmalte, por esta esta razón es importante mantener la estabilidad.

Luz

La luz generalmente nos afecta directamente a la cerámica o al vidrio, aunque puede ser altamente perjudicial para la decoloración de superficies pintadas en frío. Los vidrios a los que se les ha decolorante pueden desarrollar un color violáceo por una prolongada exposición. Por este motivo, el vidrio no debería exponerse a una luz soltar sin filtros adecuados. Los niveles de luz aceptables para objetos de vidrio dependen de la pieza ya que se puede necesitar tipos de luces, más frías y proporcionar ventilación para minimizar la acumulación de calor.

Manipulación

Previamente a la manipulación de objetos, es necesario que no haya personas ni objetos que puedan cortar la concentración mediante la creación. Uno debe quitarse ropa suerte, joyas y cualquier objeto que pueda deteriorar la pieza.

El uso de guantes no es estrictamente necesario, pero de serlo el material correcto sería el látex o el nitrilo, que proporcionan un mejor agarre. En caso e obras de arte delicadas generalmente se prefiere trabajar con las manos desnudas, sin ningún tipo de crema y secas.

Almacenamiento

Las condiciones ambientales es lo más importante del almacenamiento. Es posible que sea necesario almacenar objetos vulnerables, especialmente vasos, proporcionándoles microclimas. Las piezas de vidrio deben estar protegidos de niveles de luz elevados y de la acumulación de calor en espacios cerrados.

No es aconsejable colocar objetos cerca de puertas, pasillos, conductos de ventilación o aire, ya que podrían generar polvo.